sábado, 27 de abril de 2013

Sparring

Tú pega fuerte, como un boxeador con rabia. Como en las tardes frías las piscinas llenas de agua están vacías de gente y el muchacho con traje, corbata roja y gafas de sol de espejo pasea al perro idiota en la urbanización fantasma. Tú pega donde duele, como un boxeador que quiere ganar a toda costa. Como el que descarga música ilegal y graba CD’s piratas para introducirlos en el aparato reproductor del coche de ella y que suenen eternamente mientras recorre madrugadas de ida y vuelta del trabajo. Tú da patadas y golpes bajos capaces de tumbar hasta a un revisor de tren que quiere clicar el billete que no tienes y quiere echarte del vagón. Y escápate en medio del tumulto perseguida por un oficial de policía vestido de paisano. Empuja al gendarme para que el siguiente metro le pase por encima y convence al gordo y feo oficial alemán de que nunca sucumbirás a sus galones. Una elegancia que impregna cada cosa que toca alejada del mundanal ruido rodeada de silencios que nunca dejan de hablar.

viernes, 19 de abril de 2013

Sin dejar huellas

Iba a ser primero A. y luego B. pero sólo fue A. Por eso nunca sabremos a que sabía la pastilla eferverscente que se fue diluyendo poco a poco en el vaso de agua de la carretera hasta hacerse invisible y que al final el agua sólo pareciese agua igual que antes. Ya no hacen falta las prisas ni los muros aunque los muros se volverán a reír de forma nerviosa y las prisas llegarán tarde e incluso no llegarán. Pero dará lo mismo. Todo el día habrá vasos de agua pero ya sin pastilla efersverscente, como el agua tirada en el suelo, que acaba tarde o temprano por evaporarse. Como el humo que realmente no existe porque es gas, y el gas no existe y por eso se va. Habrá siempre carreteras, pero por ellas no se irá a ningún sitio. Una puerta que se abre siempre pero que por ella no se entra a ninguna casa, como el decorado falso de cinecittà, como una piedra que se tira al mar y que rebota incluso varias veces pero al final siempre se hunde. Habrá más días, e incluso un día cada día, pero sólo serán una hoja que se arranca de un calendario de mesa, se hace una bola arrugada y con el más absoluto desdén, cada mañana se tira a la papelera de todos los desechos que irán a un contenedor donde a la hora habitual, un camión se lleva todo para quemarlo y que al final sea lo que fue al principio, ese humo que no existe, y por eso se va.

sábado, 13 de abril de 2013

Ángeles con caras sucias

Yo no me voy a arrepentir cuando me lleven a la silla eléctrica por ser un gánster con terno negro y sombrero fedora. Porque pensaban que no iba a estar escuchando cuando fingí irme y por eso le disparé en el bolsillo del pecho de la americana. Pero antes le voy a enseñar por la noche a mi chica desde la ventana las luces del sitio donde vamos a ir y le voy a decir que busque ese vestido que hace tanto que no se pone. Y vamos a ir a bailar con una orquesta de swing pasada de moda. Ese vestido que le sienta tan bien a su pelo negro y a sus ojos misteriosos. Porque hay que celebrar que hoy no salgo en la página de sucesos del periódico.

jueves, 11 de abril de 2013

Seísmo magnitud seis

Cuando te tiembla el piso y suenan todas las alarmas hay que salir corriendo, lo dicen todas las normas antisísmicas, pero para abajo. Yo en cambio no sólo me quedo a ver que pasa sino que me subo al piso más alto que es donde más se mueve el edificio. Y aquí sigo, mirando al vacío desde lo más alto y sintiendo todo el vértigo del mundo. Porque si te subes arriba cuando quieres bajar ya es tarde y se te puede caer todo el edificio encima. Ya que has subido hasta arriba mejor quedarse allí hasta que se pare, aunque sientas todo el vértigo del mundo.

domingo, 7 de abril de 2013

Orfidal

Nubes de algodón llueven dolor de espalda sobre mi cabeza con sueños nerviosos paralizando mis dedos automáticos como una bañera atascada que no deja fluir el agua en dirección hacia mis manos en todas las pesadillas rotas con cielos grises rompiendo cada idea que avanza lentamente entre el barro de las horas sedientas de química calando los huesos trastornados huyendo de las vértebras que me dicen apaga la luz de tu mente eléctrica deshaciendo las moléculas en tu paladar como se difumina una fotografía de todo lo que existe delante de tus ojos hasta el día siguiente que será otro mecánico día de lluvia.