miércoles, 4 de noviembre de 2009

Días felices en el Manila.

Hoy he vuelto al Manila. He vuelto a todos los días anteriores que volví. A preparar la presentación de un libro con un actor y hablar sobre todas las cosas menos de la presentación del libro. A tomar cervezas y hacer risas con amigas del trabajo o lo que es lo mismo, a tomar cervezas y hacer risas con amigas. A ponerme ciego de pacharán ignorando algunas recomendaciones. A tomar café con una persona que conocí en una cafetería en Granada hace diecisiete años y que ahora vive cerca. A firmar un libro con café por medio. A celebrar el día ese de los enamorados. A poner mi programa de radio, en diferido, los lunes por a tarde, a las ocho. A darle un librito firmado a la jefa. A tomar un café solitario y triste, cualquier día temprano. A tomar un café en compañía un sábado antes de la compra. A ver lo que dice de mí el periódico. Es posible que mañana vuelva a algún día más, quién sabe, si vuelvo pues, a las personas que estuvieron allí, ya nos vemos.