lunes, 11 de marzo de 2013

Carta a Frau Rommel

Bir Hacheim. Libia. 16 de septiembre de 1942

 

Queridísima Lu:

 

Por la mañana temprano llegué de Tobruk y la lucha sigue siendo muy dura, nadie puede imaginar el peso que estoy soportando. Todo está en juego otra vez y luchamos contra obstáculos insuperables. Sin embargo, tengo confianza y espero salir bien de todo. El de hoy ha sido el ataque más intenso de los realizados por los ingleses pero prácticamente no consiguen nada contra nosotros y terminan retirándose para volver a la carga al día siguiente. Sucede que no sé exactamente si hoy es domingo o lunes porque he perdido la noción de los días y es que en el desierto del norte de Libia no hay domingos, ni lunes, ni ningún día de la semana, pero los amaneceres ofrecen una fantástica belleza en este país del alturas llanas. Estoy comiendo bien aunque las mismas raciones que mis soldados y muchas veces en una parada rápida en medio de unas rocas o con el vehículo en marcha. Voy a donde van ellos y siempre que puedo estoy lo más cerca posible de cada una de las divisiones, porque un general debe comer lo que comen sus soldados, pisar la tierra que ellos pisan y padecer lo mismo que ellos padecen. Las tormentas de viento hacen que todo se vuelva arena alrededor de nosotros pero seguimos adelante recorriendo muchos kilómetros todos los días, bien pertrechados en los carros de combate y haciendo fracasar al enemigo en todos sus intentos, un enemigo que cada vez retrocede más. Te escribo por la noche ya en mi tienda de campaña, cuando ha cesado el fuego y todo está en calma. Cuánto te hecho de menos en este mar de polvo, viento, calor insoportable diurno y frío intenso nocturno. Esperando volver pronto y pensando todos los días en ti. Tu marido, Erwin.