martes, 9 de junio de 2009

Sólo voy a sitios con guardarropa

Lo que un caballero o señora o señorita, puede y debe hacer en Almería un lunes por la noche es ir al aula de poesía y enterarse, como ayer a las ocho de la tarde, de que hay gente que escribe poesía en otros sitios, Madrid, por ejemplo y que viene aquí a presentarla y leerla o recitarla. Ayer vino Vanesa Pérez- Sauquillo y Juan Andrés García Román. Lo de Vanesa son las medianeras, o sea, lo que queda en la pared de un edificio cuando se demuele el contiguo. Lo que para el viandante no tiene más que algo de ruina y abandono para Vanesa tiene poesía, y también lo tiene para Pérez Siquier, el fotógrafo, poesía o estética en general. Vamos que los restos de escaleras, azulejos, vigas y demás en la pared medianera de un solar abandonado es poético, pues sí, lo es. Y así lo demostró ayer la señora o señorita Pérez-Sauquillo y lo corroboró con poemas ilustrados con fotografías. Claro que los viandantes que no van al aula de poesía pues, evidentemente, no se van a enterar de esto. Más que restos de azulejos hay restos de vidas, restos de viviendas, restos de vivencias. Dice Vanesa que los moradores de las viviendas dejamos algo en ellas, que no somos como el aire. Después, todo caballero o señora o señorita que se precie debe ir a tomarse una caña para hacer tiempo mientras prueban sonido Sonny Vincent y su grupo en el Lili Marleen, y luego ir pronto para coger sitio justo donde el bajista te puede dar con el mástil de su guitarra-bajo si no andas con ojo y donde al batería, frenético donde los haya, se le puede escapar una baqueta y tú se la puedes devolver así como quien no quiere la cosa. Ahora estos chicos están de gira por España y, oh milagros de los nuevos tiempos, recalan en un antro semidesconocido de la calle Eduardo Pérez. Y el Sonny ése que desde el Nueva York punk y garajero, que, por lo visto, aún existe, viene a Almería a darnos una lección de lo que antes se llamaba punk rock. Digo yo que llevar desde los setenta en el tema y haber tocado con los restos de los Damned, MC5, Hertabreakers, etc. es como decir que un trozo de la historia del rock viene a Almería y toca a un metro escaso de ti mientras te tomas tranquilamente una cerveza; casi nada, vaya, o el cielo, según se mire.