sábado, 18 de octubre de 2008

DILUVIOS















Los días se vuelven ocres en cuestión de minutos. Esa impredicción exacta convierte en mares las calles y hace imposible el tránsito hacia las otras aceras. De pronto se produce lo impensable y estás rodeado de agua por todas partes menos por una que es la que te une al continente que no sabías que existía, como tal. O quizás aislado en medio de tu manzana. La manzana aislada del diluvio.