domingo, 26 de junio de 2011

Contradiciendo a Javier Marías (1).

Don Javier Marías, tengo que contradecirle ya que se equivoca usted de medio a medio. Sí que somos máquinas. Somos máquinas de producir. El mundo necesita que usted y yo, y todos, produzcamos. Y a la mayor velocidad posible. Si puede usted dejar el coche a diez minutos del lugar de trabajo y andar el resto, debe dejarlo a ser posible a cinco minutos del trabajo, o en el mismo trabajo. Ni usted, ni yo, ni nadie debe permitirse el lujo de andar diez minutos antes, o después, del trabajo. Hemos de abolir de una vez por todas esa maldita costumbre de perder hasta media hora en tomar café y en una cafetería, antro de pérdida de tiempo de producción donde los haya. Si es usted escritor, supongamos, debe usted empezar la siguiente novela nada más terminar la anterior. Existe también la opción de que se la escriban si no dispone de tiempo, pero un escritor de su categoría jamás debe barruntar este extremo. Y si nosotros, las máquinas de producir, nos estropeamos, existen montones de máquinas de producir que, a bien seguro producirán más y mejor, o por lo menos más. Créame y déjese de bienestares y ocios, fuente del pecado improductivo y tome café, eso sí, mientras produce.

viernes, 24 de junio de 2011

Reality

He estado visitando al doctor. Doctor: ¿Qué puedo hacer por usted? Yo: Pues, necesito que me prescriba un análisis de sangre. Doctor: ¿Qué le ocurre? Yo: Pues, tengo el hígado graso y debo controlar periódicamente las transaminasas. Doctor: De acuerdo pero eso suele ser hereditario y lo tendrá de por vida, además eso se detecta con una ecografía. Yo: Bueno, a mí me ocurre desde hace un par de años, de hecho me lo detectaron con una ecografía pero prefiero que hacerme primero un análisis a ver que tal. Doctor: ¿Y cuándo se hizo los últimos análisis? Yo: Después de Navidad, más o menos. Doctor: ¿Y qué tal fue? Yo: ¿Pues bien, estaban altas pero no pasaban del límite? Ahora he adelgazado y como mejor y quisiera comprobar si estoy mejor de eso. Doctor: De acuerdo, no obstante si después de Navidad estaban bien, ahora seguro que están mejor. No obstante le prescribiré un análisis completo, de vesícula y varias cosas más, prácticamente de todo y además un análisis de orina. Próximo post: Resultados de los análisis.

miércoles, 22 de junio de 2011

Observatorio

Me gustaría ser detective privado pero, claro, si lo fuese no podría decírselo a nadie. Se imaginan, ah ¿Y a qué te dedicas? Soy detective privado. Es como decir, soy inspector de hacienda o soy enterrador. Supongo que existirán todo tipo de eufemismos. Soy funcionario municipal, trabajo en el área de servicios urbanos. Sin embargo ser detective privado no admite eufemismos, luego no puede revelarse. Tampoco se puede ser detective privado en una ciudad pequeña y menos en un pueblo ya que por una parte todo el mundo sabría a que te dedicas y por otra parte en las ciudades pequeñas y en los pueblos todo se sabe, por lo que los detectives privados son innecesarios. En otro orden de cosas, ser detective privado no está bien visto socialmente. Literaria o cinematográficamente es fantástico pero en la vida real un trabajo que consiste básicamente en observar a la gente es algo deplorable. Hasta los escritores lo saben. Si quieres escribir algo que tenga que ver con la vida de las personas, aunque sea ficticio, nunca debes observarlas, debes leer como otros han escrito sobre ellas pero observarlas, nunca. Después de todo existen innumerables temas sobre los que escribir, todo ficticio, o sea a) la propia vida de cada uno y b) lo que se ha escrito sobre cualquier tema. Ah y c) sobre detectives privados, con suspense y todos los ingredientes clásicos de la novela negra. Sobre detectives que nunca observan a nadie.