domingo, 27 de septiembre de 2009

En Granada hacía calor

El viernes en Granada los termómetros marcaban insistentemente 31º, a las cinco de la tarde. Aún así la gente por la calle llevaba ropa de abrigo, cazadoras, jerseys, camisas de manga larga. En la Plaza de la Trinidad se oyen sonidos de pájaros a un volumen chirriante. Pero sólo se trata de altavoces situados en los árboles. Los pájaros de verdad descansan a cientos en las plumas de las grúas, que se elevan por encima de todos los edificios. En esa misma plaza hay un bar, llamado Reca, antaño famoso por sus tapas. Ahora es un bar moderno, con estilo y las tapas son sofisticadas. Donde antes había una librería ahora hay tienda de bolsos o zapatos. Hace muchos años iba acompañado a una tienda donde sólo vendían té a granel en grandes botes de cristal. Ahora sería incapaz de encontrarla, si es que sigue existiendo. Y por más que pasa el tiempo, en sueños, sigo yendo a esa tienda, una y otra vez, acompañado, en sueños, por la misma persona. Tengo en casa té, pero de bolsita, y a veces lo preparo pensando en el sabor de aquel té. Pero me sabe insípido, vacío. En Almería, hoy, llueve y hace un día plomizo, con sabor de té de bolsita preparado en casa.