sábado, 24 de septiembre de 2011

Necesitamos otro Einstein.


En 1887, Michelson y Morley llevaron a cabo probablemente el experimento más importante de toda la física. Y simplemente lo único que hicieron fue medir con precisión la velocidad de la luz. Esto, que parece muy sencillo, no lo es tanto si queremos que el movimiento terrestre no influya en nuestras mediciones. Imaginemos que queremos cronometrar cuánto tarda una persona en dar una vuelta a un estadio de atletismo. Todos estaremos de acuerdo en que algo clave para cronometarlo bien es que nosotros no nos movamos del punto donde le damos a empezar al cronómetro ya que si nos movemos en sentido contrario al corredor falseamos el tiempo a su favor y si nos movemos en el mismo sentido lo falseamos en su contra. Pues lo mismo le debería pasar a la luz ya que el elemento donde se sitúa el instrumento de medida, en este caso la Tierra, está en movimiento bien a favor o en contra de ella, falseando los datos. Michelson y Morley dieron con la forma de medir la velocidad teniendo en cuenta el movimiento terrestre. Sin embargo, el resultado de las mediciones fue que, se tuviese en cuenta el movimiento de la Tierra o no, la velocidad de la luz era la misma, lo cual, evidentemente, dejó perplejos a todos los físicos, empezando por ellos mismos. El experimento se repitió muchas veces intentado encontrar dónde estaba el error, pero no lo había. Fue necesario que llegara Einstein y en 1905 explicara este fenómeno. La velocidad de la luz (en el vacío) no depende del movimiento del observador, y es por tanto una magnitud absoluta. Para que esto fuese posible, el tiempo debería ser relativo. Nacía así la Teoría Especial de la Relatividad que, por cierto, no dice que todo sea relativo sino todo lo contrario, que hay algo que no es relativo: la velocidad de la luz en el vacío. Al principio nadie le hizo caso ya que la teoría de moda era la existencia de un éter misterioso que influía en todas las mediciones. Precisamente Michelson y Morley buscaban constatar la presencia de dicho éter. Con bastante reticencia por parte de la comunidad científica, la idea, estrafalaria por entonces, de que la percepción, y, por tanto, la medición del tiempo dependían de la velocidad del observador, tuvo que ser aceptada dando a torcer un brazo que llevaba en alza más de 200 años. La teoría del movimiento de Newton, vigente desde la publicación del libro Philosophiæ naturalis principia mathematica en 1687, establecía como condición necesaria la existencia de un tiempo absoluto desde el cual Newton ponía los cimientos de la física tal y como la entendemos ahora. Nadie osó contradecirle, aunque estaba implícito en dicha teoría que algo faltaba, para lo cual se echó mano del famoso éter. Pero no lo hubo. Al final, las ecuaciones del movimiento de Newton sólo eran válidas a velocidades pequeñas donde los efectos relativistas son despreciables. Una consecuencia de la Teoría Especial de la Relatividad es que la velocidad de la luz nunca podía ser superada ya que sólo hay dos opciones, que la masa del cuerpo sea cero, condición que sólo cumplen los fotones, -los componentes de la luz, que tienen energía pero no masa-, o que la energía del cuerpo sea infinita, lo cual no es físicamente posible. Los neutrinos son partículas subatómicas, más pequeñas que el átomo, que están cerca de cumplir la condición de masa cero. Y éstos, al menos según un reciente experimento, han superado la velocidad de los fotones, o sea, la velocidad de la luz. Se realizarán muchas repeticiones y comprobaciones del mismo. Si se encuentra el error la Teoría Especial de la Relatividad de Einstein seguirá siendo válida para cualquier caso. Si no será un experimento tan o más importante que el de Michelson y Morley y cambiará la forma de ver (y estudiar) la física de los últimos 100 años. Necesitaremos, pues, otro Einstein para explicar el fenómeno.

lunes, 19 de septiembre de 2011

El nuevo robot aspirador

El nuevo robot aspirador llegará pronto a nuestros hogares. Pronto seremos felices. Incluso se recargará solo yendo hacia su fuente de energía. Será como una mascota, como un extraterrestre, como un ET vestido de chacha. Podremos repantingarnos en el sofá y ver una película de serie B mientras el nuevo robot aspirador hace su tarea silencioso y obediente. No sabremos que hacer con las calorías que antes gastábamos y engordaremos inevitablemente. El universo acumulará un exceso de energía no gastada. En las chatarrerías y depósitos de viejos electrodomésticos se hacinarán los viejos armatostes, obsoletos. Y grupos de música rock de nuevo cuño harán canciones sobre el nuevo robot aspirador. Y nosotros nos creeremos dioses. Dioses que ya no tienen nada que hacer. Subirán las audiencias de la tv basura al tiempo que el nuevo robot aspirador recogerá la basura de todos los suelos, lo sucio, la mugre. Y pronto caeremos en discusiones bizantinas sobre filosofía, ociosos. Tendremos tiempo de leer lo cual será un castigo por nuestra soberbia Y seremos más eléctricos, más domésticos. El nuevo robot aspirador leerá poesía y aprenderá a llorar.

viernes, 16 de septiembre de 2011

Plan B

Ir a la inauguración de ARTE GIRA MOVING, en la Escuela de Arte de Almería, en la Plaza Pablo Cazard, 1 y ver que pasa allí. A las 20:00. Quedarse en casa viendo la tele, viendo Una Historia de Zinemaldia, en la 2, a las 20:30. Leer cosas que no han sido recomendadas en los últimos diez años, ni por tus amigos, ni por las revistas, ni por los suplementos culturales, ni por los culturales suplementos. Tomar de postre helado helado. Desconectar todos los teléfonos y todos los proveedores de correo electrónico. Escuchar a Bowie. Probable cerveza con su tapa o ir directamente a ver a El Lunático, en Mae West, Parque Nicolás Salmerón, 9, a las 22:00 o 23:00 según fuentes, entrada gratis hasta completar aforo. Y más probable cerveza, ahora sin tapa. Escribir. Dormir.




miércoles, 7 de septiembre de 2011

Viaje en el tiempo.

Esta mañana me he levantado temprano como un niño el día de los Reyes Magos ansioso por ver publicado mi primer artículo como columnista de opinión en un periódico, el Diario de Almería http://www.elalmeria.es/ y creo que he sido el primero en llegar al quiosco. Antes de comprarlo he abierto el periódico, lo he hojeado buscándolo pero no lo he visto por ninguna parte. Me he sentido confuso ya que un rato antes lo había visto publicado en internet http://www.elalmeria.es/article/opinion/1058654/sabina/amp/cia.html. He ido a una cafetería y lo he escudriñado hoja por hoja, pero nada. Incluso he llamado al periódico pero no contestaba nadie. Luego me he dado cuenta de que la fecha del periódico era del pasado viernes día 02 de septiembre. Había viajado en el tiempo, cinco días antes. Pero no, simplemente el primer periódico del montón era un encargo de un periódico atrasado que he cogido yo por error. Debajo estaba el periódico de hoy miercóles 07 de septiembre con mi artículo. Espero que os guste y que os haga los días cortos y no tan largos como un día sin periódicos.

Enlace Diario de Almería : http://www.elalmeria.es/
Enlace artículo: http://www.elalmeria.es/article/opinion/1058654/sabina/amp/cia.html