martes, 27 de noviembre de 2012

Días llenos de píxeles (1)


En los surcos de un disco con sonidos hechos por máquinas se oyen voces sonoras que son buscadas, cogidas y tocadas por manos que provienen del mundo exterior. Manos felices que llegan como en escenas de películas en las que suenan las campanillas de la puerta. Y los envoltorios de papel crujen al doblarlos. Afuera los viandantes pasan como ráfagas delante de las portadas perfectamente cuadradas del escaparate con todos los objetos inmóviles. A ambos lados ya no está la ciudad continua y monótona y dentro está todo. En las letras impresas de la contraportada hay un universo que nunca deja de girar en mi cabeza con cada nota y cada voz en cada fracción de tiempo exacto y medido y con el tiempo detenido en cada instante, girando hacia el centro canción a canción y llegando a ese último microsurco que como un bucle enigmático nunca se acaba. Tras la entrada se esconde cada capa fílmica de espacio con cada detalle almacenado, uno detrás de otro, como un cajón de mundos planos y discretos. Y las manos que tocan y que se llevan envueltas cada trozo eterno sonríen y dicen adiós, de vuelta a los sitios donde no hay objetos sonoros.  

Agradecimientos: Marta. Discos Caverna. Calle Minero. Almería.

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