viernes, 18 de septiembre de 2009

En Murcia también sopla el viento.

Pero sin respuestas. Hay personas que te ofrecen el aparcamiento antes de irse. Puedes tomar café en una bocatería llamada Musu. Enfrente de un instituto. Hace frío ventoso casi otoñal en las primeras horas de la mañana y calor a mediodía. En la cafetería hay una amplio cristal en la entrada y tú puedes estar sentado en una mesa naranja cerca de ese cristal viendo pasar gente, personas, chicos y chicas que entran al instituto. Y ver el efecto del viento en los árboles. Pero aunque sople no hay ninguna respuesta en ese viento, ninguna. Puedes, sin embargo, pensar a donde te puede llevar el viento, siempre caprichoso, nervioso, inquieto. Puedes imaginar que alguien que estaba en el pasado pasa por delante del cristal, entra en la cafetería y se sienta a tu lado. Imaginar que le preguntas porqué las cosas han sido, son o serán de una manera determinada y no de otra. Eso sí, como el viento, no tendrá ninguna respuesta. En Murcia a mediados de septiembre, en las primeras horas de la mañana, hace frío ventoso casi otoñal pero un calor agradable a mediodía.

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