domingo, 27 de septiembre de 2009
En Granada hacía calor
El viernes en Granada los termómetros marcaban insistentemente 31º, a las cinco de la tarde. Aún así la gente por la calle llevaba ropa de abrigo, cazadoras, jerseys, camisas de manga larga. En la Plaza de la Trinidad se oyen sonidos de pájaros a un volumen chirriante. Pero sólo se trata de altavoces situados en los árboles. Los pájaros de verdad descansan a cientos en las plumas de las grúas, que se elevan por encima de todos los edificios. En esa misma plaza hay un bar, llamado Reca, antaño famoso por sus tapas. Ahora es un bar moderno, con estilo y las tapas son sofisticadas. Donde antes había una librería ahora hay tienda de bolsos o zapatos. Hace muchos años iba acompañado a una tienda donde sólo vendían té a granel en grandes botes de cristal. Ahora sería incapaz de encontrarla, si es que sigue existiendo. Y por más que pasa el tiempo, en sueños, sigo yendo a esa tienda, una y otra vez, acompañado, en sueños, por la misma persona. Tengo en casa té, pero de bolsita, y a veces lo preparo pensando en el sabor de aquel té. Pero me sabe insípido, vacío. En Almería, hoy, llueve y hace un día plomizo, con sabor de té de bolsita preparado en casa.
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4 comentarios:
''En Madrid hace un otoño delicioso.Yo recuerdo con lejana melancolía esas grandes copas amarillas de los viejos árboles del Campillo y esa solitaria plaza de los Lobos llena de hojas de acacia y ese divino y primer viento frío que hace temblar el agua de la fuente que hay en Plaza Nueva.
Todo lo que es la Granada de mi sueño y de mi soledad cuando yo era adolescente y nadie me había amado todavía.''
Carta inédita de García Lorca.
Me emociona.
=)
Ahora en Granada puedes oír los bellos trinos de los pájaros que emanan de sutiles altavoces.
Qué bonita, Granada.
A mí me tiene enamorada. Total e irremediablemente.
Por no hablar del Cabo de Gata, concretamente de ese recóndito Arrecife de las Sirenas...
Pues mañana me toca ver a tu enamorada. Si soy capaz de sortear el caos circulatorio. Granada y yo somos como esos ex de toda la vida que se ven de vez en cuando, pero que no se hablan. Cabo de Gata, mejor. San José es un lujo a mi alcance.
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